lunes, 19 de enero de 2009

El Conflicto de Gaza también conmueve a Marruecos




Como es de esperar, la ciudad está indignada y puesta en pie por la masacre en Gaza. La gente siente que han sido puestos expresamente en el punto de mira por ser musulmanes y parece como si toda su cultura, su religión y su forma de vida estuviesen siendo atacadas por Israel y su poderoso aliado, los Estados Unidos de América. La gente está pegada al televisor y al ordenador contemplando las 24 horas un continuo bombardeo de horribles y vívidas imágenes de niños mutilados, escuelas destruidas y madres lamentándose. ¿Qué hay en nuestro interior que hace que disfrutemos presenciando violencia? ¿Qué nos atrae del desastre? ¿Es un modo de hacernos creer que nuestra vida es menos caótica? ¿O simplemente estamos aburridos y buscamos algo que nos entretenga? Los investigadores acerca de la no-violencia saben que, si una masacre es evitada, recibirá mucha menos atención que el truculento asesinato de los cinco miembros de una familia, aunque ambas historias sean dignas de contarse. Estoy convencido de que hay algo más atractivo en las Noticias Negativas que en las Noticias Positivas… y no estoy seguro de qué es. Pero creo que dice mucho sobre el estado consciente y mental de nuestra sociedad.

Aquí también existe algo que atrae a los espectadores hacia la visión del sufrimiento ajeno y algo horrible que no les deja levantar de su asiento. Está compuesto de la emociones de impotencia que los marroquíes sienten, incapaces de hacer nada para ayudar a los palestinos. Su único recurso es la rabia y la indignación contra Israel, América y también contra sus propios gobiernos. Sí, la imaginación y el pensamiento positivo pueden ser algo poderoso, incluso pueden cambiar vidas, pero aquí mucha gente es educada para pensar desde una perspectiva negativa. Y esto ha sido programado, durante generaciones y generaciones de represión, por el gobierno, las élites, y los gobiernos occidentales que los crearon y apoyaron.
Honestamente, me resulta difícil encontrar aquí, en esta pequeña ciudad, a alguien que tenga una visión positiva sobre su situación en la vida o que crea que puede hacer algo para mejorar las cosas. En América se nos recuerda constantemente el poder del cambio, de los sueños, la posibilidad de mejorar las cosas, pero aquí la realidad es más fría y la movilidad social es prácticamente imposible, así que el mensaje verdaderamente no llega. Ha sido quizás una de las tareas más difíciles de mi trabajo aquí, lograr hacer que los chicos con los que trabajo crean que pueden cambiar sus vidas, sus barrios y su ciudad para mejor. Resulta difícil hacer que alguien crea en un brillante futuro cuando el presente parece tan oscuro. ¿Alguna idea para ayudar a alguien a creer, para ayudarle a soñar, para ayudarle a pensar en positivo?

traducido a español por Jorge Ollero Péran

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